Carola
Ramírez
Biografía
Carola Ramírez, artista visual de la Escola Massana, Barcelona España y diseñadora gráfica de la Universidad Diego Portales, Chile. Estas dos disciplinas se unen en su trabajo, el que nace desde lo digital a lo análogo. Su proceso creativo comienza desde la fotografía, luego la escena capturada es manipulada digitalmente, con la idea de darle una apariencia más gráfica, y el último paso es cuando ella pinta la imagen final sobre un lienzo. Su obra, nos habla sobre la vida en la ciudad, la soledad y de esos lugares que nos son familiares, que crean lazos, identificación y forman parte de la memoria colectiva de los habitantes.
Statement
Primero, estudié diseño en Chile. Luego, arte en España. ¿Por qué en ese orden? De seguro
respondió a razones de carácter material en vez de porqués de raíz reflexiva o motivaciones
románticas. Pero, ¿qué tal si fantaseo un poco e invento un origen a ese vaivén vocacional?
Me considero una paseante del mundo. Recorro, conozco, me pierdo y me reencuentro en la cuidad.
Me sumerjo en calles, avenidas, parques, ruinas, callejones, con tal de desentrañar la esencia de
cada lugar que visito. Mi condición de paseante tiene un objetivo: observar y registrar, conocer la
ciudad mejor que el oriundo. Y esta tarea no la concibo para mi goce privado sino que tiene como
cláusula compartirla con el mundo, dejar a disposición de los habitantes las imágenes de sus propias
formas de habitar.
¿Cómo llevar a cabo esta tarea? ¿Con qué herramientas? La primera respuesta fue el diseño, pues
entendía que nada es nuevo en el mundo de las imágenes. Es decir, las imágenes que consumimos a
diario no son más que la redistribución de lo ya visto, de lo ya contado y de lo ya hecho. Las técnicas
y procedimientos de las artes gráficas me permitían darle una utilidad a mi acervo de imágenes
citadinas y diseñar una nueva imagen por medio de la cual contar de qué manera he visto el mundo
y cómo he decidido experimentarlo. Funcionó por un tiempo, pero no fue suficiente.
Impulsada por estas inquietudes, llegué a la pintura. O ella llegó a mí trayendo a cuesta su
tradición, sus cuestionamientos, sus procedimientos propios y también los impropios. Pero por
sobre todo me dio a conocer su historia, esa relacionada con retratar el mundo que le ha tocado
atestiguar en cada caso y en la que ella funda su aurática valía. Entonces, abracé la herencia
dejada por los paisajistas, desde la antigüedad hasta los holandeses del siglo XVII; experimenté
con la modulación del color a través de la luz siguiendo el ejemplo de los impresionistas, no sin
establecer una relación problemática con la fotografía tal como ellos lo hicieron; y cuestioné la
esencia de la pintura, y del arte en general, aferrándome a los bastiones ganados por las
vanguardias históricas, y aprendí a otorgarle autonomía expresiva a cada una de mis pinceladas.
Así, mi pintura amalgama mi formación. En mis obras tienen cita la historia de la pintura en sus
vertientes figurativa y abstracta, pero también el diseño a través de la esquemática composición
vectorial. Y la articulación de estos lenguajes me permite plasmar mis hallazgos urbanos con una
estética que incluso se encauza hacia la ficción pop que tanto me atrae.
Vaivén vocacional que se acopla a los vaivenes de los habitantes de la ciudad cosmopolita y
contemporánea. Así concibo mi trabajo. Un deambular estético que me permite retratar los
espacios que descubro mediante una observación que es consciente del velo digital que hoy la
distingue y define. Una pintura que diseña la arquitectura de la vida actual.