Contenidos mínimos obligatorios (2021-2023)
¿De qué maneras volvemos a nuestra infancia? La etapa formativa, que se extiende por más de una década, suele aparecer entre los recuerdos si pensamos en cuando éramos niñxs. Fueron demasiadas las horas invertidas y los cuadernos rayados como para olvidar ese lugar. La obra de Katherina Oñate nos conduce a la niñez, ya que elabora distintas imágenes de una infancia marcada por las exigencias del aprendizaje. Nos conduce a la etapa escolar.
Contenidos mínimos obligatorios refiere a aquellos conocimientos básicos que lxs niñxs deben adquirir para aprobar un nivel y avanzar al siguiente. Contenidos mínimos obligatorios refiere también a la exposición compuesta de objetos producidos con el fin de evocar en los espectadores una memoria personal, pero vinculada a la infancia.
Material didáctico está compuesto de tres repisas que contienen conjuntos de crayones, estos están ordenados, organizados, sin embargo, cada conjunto está derretido, lo que muestra un agotamiento. La enseñanza como una constante es un proceso desgastante, porque exige y norma. El dibujo, por ejemplo, deja de ser libre y los colores deben responder a la realidad. El proceso de adoctrinamiento que significa la escolaridad se refleja en Cuaderno de copia en el que a través del grabado, la artista muestra imágenes del primer día de clases, ese hito de inicio que luego se carga de experiencias diversas, las que se construyen dentro de la sala de clases, pero también fuera de ella. Contenido se caracteriza por el aprisionamiento, en una forma rectangular se contienen delantales de varios colores, se trata de un objeto bello, pero al mismo tiempo triste, sumergido y constreñido. Instrucción primaria, ejercicio n•1 evoca el vestuario como elemento de estandarización, en esta pieza se funde un rostro de niño que enseña las vocales, es un coro que termina traspuesto y confuso. La última pieza se denomina La ronda, es una instalación de dos corporalidades que se entrelazan y aluden al juego infantil. El sistema escolar a lo largo del tiempo ha sido binario, ha estado preparado solo para niñas y niños, y los estereotipos de lo femenino y masculino se enseñan y se refuerzan en delantales y cotonas. Esta exposición conforma una atmósfera lúgubre, devela un aspecto incómodo. Da cuenta de que la infancia no es el lugar feliz e inocente que se suele difundir y desde ahí podemos ver en qué medida los patrones aprendidos determinan nuestro presente.
Mariairis Flores Leiva