La otra trama presente —es decir, el hilo conductor— refiere simbólicamente a la cuestión del habitar hoy las grandes metrópolis, ciudades densas y hacinadas, como si el urbanismo contemporáneo hubiese olvidado que el mundo es habitado por personas.
El artista pareciera querer decirnos que no somos tan únicos y originales como creemos, allí sumergidos en los mares humanos y urbanos. Todo lo que nos rodea puede ser teselado en sus imágenes: desde el piso adamado de un museo, los mismos árboles, las tipologías de diversas construcciones vernáculas, hasta los seres humanos. Somos patrones y repeticiones; magnitudes y entramados.
Sería entonces pertinente hacer una correspondencia autobiográfica y mencionar la condición nómade del mismo artista, viajero incesante y constante, que siempre está experimentando en primera persona aquel habitar efímero.
Nathalie Goffard
Curadora